El desarrollo de contenidos por parte del docente suele ser una tarea opcional, generalmente se
emplean documentos existentes o publicaciones disponibles en Internet. No obstante, cabe
preguntarse si es conveniente el desarrollo de contenido “ad hoc” o el empleo de textos escritos
por terceras personas.
Bajo esta premisa, el presente artículo propone una serie de consideraciones, tanto para el
desarrollo de contenidos propios, como para aquel interesado en usar algo en existencia. En
cualquier caso, es prudente partir de la concepción de educación a distancia o virtual de García
(2014). A juicio de este autor, esta modalidad se concibe como un diálogo didáctico mediado
entre el profesor (institución) y el estudiante que aprende de forma independiente y colaborativa,
en tanto se ubica en un espacio diferente al del docente.
Lo fundamental en el acto educativo es la conversación (el diálogo) entre los actores del proceso,
es decir, entre el profesor y los estudiantes a lo largo de un curso. En una modalidad como la
que nos ocupa, distinto a un sistema tradicional o presencial, esta comunicación se da de manera
asincrónica por medio de los materiales y recursos para aprender. En este contexto, la educación
en línea es aquella donde el docente mantiene una comunicación bidireccional (diálogo) con el
estudiante y estos entre ellos a través de distintos materiales o recursos, con el propósito de que
alcance diversas competencias (didáctico) y con la intervención de las tecnologías de información
y comunicación (mediado) (García, 2014).
El papel del docente en una modalidad de estas características es crucial, al ser un experto en
el contenido disciplinar a enseñar, es quien efectúa o adapta la planeación didáctica del curso,
siendo parte de esto la elaboración o selección de los materiales y recursos didácticos que
soportarán los contenidos curriculares por enseñar. Como menciona Asinsten (2007), el profesor
se convierte en un docente-contenidista.
2. Desarrollo de contenidos propios
Dentro de las competencias que la educación en línea requiere de los profesores se encuentran
las didácticas, las tecnológicas y las comunicativas. Las primeras tienen que ver con el desarrollo
y conducción de un curso, así como el asesoramiento a los alumnos acerca del contenido
disciplinar que corresponde y, no menos importante, la evaluación de los aprendizajes.
A nivel tecnológico el profesor debe manejar la plataforma tecnológica donde opera el curso en
línea y de diversos recursos digitales que enriquezcan el proceso de enseñanza. Mientras que
las competencias comunicativas se circunscriben a las de tipo textual, a diferencia de la
enseñanza presencial, donde lo verbal cobra especial relevancia. En este sentido, se retoma lo
dicho sobre el diálogo didáctico mediado que debe prevalecer entre el profesor y el alumno,
siendo una forma para alcanzar este objetivo la producción exprofeso de contenidos académicos
o el empleo de materiales didácticos elaborados por otras personas o docentes, en este caso y
como se desarrolla más adelante, conviene que se acompañe con una guía de lectura.
Cabe hacer una distinción entre materiales y recursos didácticos, términos que suelen emplearse
como sinónimos. Retomando a Marqués (2011), los primeros son cualquier material elaborado
con la intención explícita de favorecer el proceso de enseñanza y aprendizaje, mientras que un
recurso es aquel material que, al ser empleado en un contexto académico, apoya la docencia.